Cada sábado, AERA se toma el Cerro San Cristóbal para vivir una experiencia que combina deporte, conexión con la naturaleza y comunidad. Lo que comenzó como un entrenamiento al aire libre, hoy se ha transformado en un espacio de encuentro auténtico, donde cada participante encuentra su propio ritmo y comparte una jornada única.
En grupos pequeños y con rutas adaptadas, el entrenamiento se convierte en una experiencia personalizada que termina con un brunch lleno de energía y buena compañía.
Nuestros entrenamientos en cerro se realizan en small groups, lo que permite personalizar las distancias —generalmente alrededor de los 8K— y adaptarlas según el nivel y objetivos de cada corredor. Esta dinámica asegura que todos puedan disfrutar y crecer en su propio proceso.

Al finalizar, nos espera lo mejor: un brunch compartido, donde la comida, las risas y la conversación refuerzan los lazos que hacen de AERA una comunidad cercana, auténtica y motivadora.
Más que un entrenamiento, la Experiencia Cerro San Cristóbal es un ritual que une el deporte con la naturaleza, convirtiendo cada sábado en una celebración del movimiento y la amistad.









